Imagina, si puedes, una criatura que pasa la mayor parte de su vida volando. No estoy hablando de breves periodos de tiempo, sino de viajes que duran meses, incluso años, sin descansar sobre tierra firme. Esa criatura existe, y se llama vencejo. Y te puedo decir, son tan impresionantes como suenan.

Los vencejos son los reyes y reinas del aire. De forma tan elegante surcan los cielos como si nada. Sus deslumbrantes habilidades aéreas les permiten acariciar las nubes y luego sumergirse en un picado que haría que los más experimentados pilotos de acrobacias aéreas se sonrojaran de envidia.

El vencejo común, también conocido científicamente como Apus apus, es un ave única que, pese a su nombre, es todo menos común. ¿Sabías que los vencejos son aves migratorias y que pueden volar más de un millón de kilómetros durante su vida? Imagínate, es como volar hasta la luna y volver dos veces. Y lo más increíble es que la mayor parte de su vida la pasan en el aire. Comen, beben, se aparean e incluso duermen en pleno vuelo.

Puedes pensar que, por su apariencia, los vencejos son parientes cercanos de las golondrinas. Pero no te dejes engañar por las apariencias; pertenecen a la familia Apodidae, mientras que las golondrinas son miembros de la familia Hirundinidae. Su nombre científico, Apus, se traduce del griego como “sin pies”. Aunque poseen patas, son tan diminutas y frágiles que prácticamente nunca las utilizan. Los vencejos están diseñados para la vida en el aire, con alas excepcionalmente largas.

Para los vencejos, la vida en tierra es un poco… bueno, digamos que están fuera de su elemento. Sus patitas, cortas y delgadas, no están hechas para caminar, sino para agarrarse a superficies verticales.  Si algún día vieras a un vencejo en el suelo, sería como encontrar una sirena en el desierto.

Y es que estas aves tienen la extraordinaria habilidad de dormir en pleno vuelo. Sí, lo has leído bien, duermen mientras vuelan. ¿Alguna vez te has dormido en el autobús y te has despertado justo antes de tu parada? Bueno, para los vencejos, es un poco así, pero con el pequeño detalle de que están a miles de pies en el aire.

¡Y no nos olvides de la crianza! Sí, los vencejos son padres dedicados, compartiendo las responsabilidades por igual. Dos huevos al año, eso es todo, no se trata de tener un enjambre de polluelos. Cada uno de esos pequeños huevos, no más grande que un guisante, es un tesoro para el vencejo, y se cuida como tal.

Por supuesto, también son extremadamente prácticos. ¿Por qué descender a tierra en busca de material para el nido cuando puedes recogerlo todo en pleno vuelo? ¿Plumas? Sí. ¿Pétalos de flores? Por supuesto. ¿Hierbas? ¡Definitivamente! Todo se ajusta perfectamente en su diminuto nido en la hendidura de un edificio.

Pero a pesar de todas sus maravillas, los vencejos se enfrentan a desafíos, como la pérdida de hábitats y los cambios climáticos. Sin embargo, gracias a organizaciones como SEO BirdLife, existe esperanza. Y tú también puedes hacer tu parte. Si tienes la fortuna de tener vencejos anidando en tu edificio, considera lo especial que es. Déjalos hacer de tu hogar el suyo y disfruta del espectáculo que ofrecen estos acróbatas del aire. La próxima vez que mires al cielo y veas a estos pájaros veloces, piensa en su asombrosa vida, llena de hazañas que la mayoría de las criaturas terrestres ni siquiera pueden imaginar.

Después de todo, ¿cuántos de nosotros podemos decir que hemos visto a un pájaro que duerme en pleno vuelo?